La cocina es un arte que nos permite explorar sabores y texturas, y uno de los platillos que destaca por su sencillez y exquisitez es el cerdo frito con ajo y pimienta. Esta receta no solo es fácil de preparar, sino que también es perfecta para cualquier ocasión, ya sea una cena familiar o una reunión con amigos. La combinación de ingredientes frescos y la técnica de fritura hacen que este plato sea irresistible.
El cerdo frito es un clásico en muchas culturas, y cada región tiene su propia versión. Sin embargo, la receta que te presentamos aquí se centra en la frescura del ajo y la intensidad de la pimienta, creando un equilibrio perfecto de sabores. Además, la marinada que utilizamos realza el sabor del cerdo, haciéndolo aún más delicioso.
Si estás buscando una receta que impresione a tus seres queridos y que sea fácil de seguir, ¡has llegado al lugar correcto! A continuación, te guiaremos a través de los ingredientes necesarios y el proceso de preparación para que puedas disfrutar de este delicioso platillo en la comodidad de tu hogar.
Ingredientes necesarios
Para preparar el cerdo frito con ajo y pimienta, necesitarás reunir algunos ingredientes clave que son fáciles de encontrar en cualquier supermercado. Aquí te dejamos una lista detallada:
- Cerdo: 500 gramos de carne de cerdo, preferiblemente de la parte del lomo o la panceta, cortada en trozos pequeños.
- Ajos: 4-5 dientes de ajo, que aportarán un sabor intenso y aromático.
- Pimienta blanca: 1 cucharadita, que le dará un toque picante y distintivo al plato.
- Cilantro: Unos tallos frescos, que añadirán frescura y un sabor herbal.
- Sal: Al gusto, para realzar los sabores.
- Azúcar: 1 cucharadita, que equilibrará la salinidad de la salsa.
- Salsa de soja: 2 cucharadas, que aportará un sabor umami profundo.
- Salsa de ostras: 1 cucharada, que enriquecerá el sabor del cerdo.
- Aceite vegetal: Para freír, asegurando que el cerdo quede dorado y crujiente.
Estos ingredientes son fundamentales para conseguir un cerdo frito lleno de sabor. Asegúrate de utilizar ingredientes frescos, especialmente el ajo y el cilantro, ya que esto marcará la diferencia en el resultado final del plato.
Una vez que tengas todos los ingredientes listos, estarás preparado para comenzar con la preparación de la marinada, que es un paso crucial para infundir sabor en el cerdo.
Preparación de la marinada

La marinada es el corazón de esta receta, ya que es donde el cerdo absorberá todos los sabores intensos del ajo, la pimienta y las salsas. Para comenzar, necesitarás un mortero para machacar los ajos junto con los granos de pimienta blanca y los tallos de cilantro. Este proceso no solo libera los aceites esenciales de los ingredientes, sino que también crea una pasta aromática que se adhiere perfectamente a la carne.
Comienza pelando los dientes de ajo y colócalos en el mortero. Agrega los granos de pimienta blanca y los tallos de cilantro. Con un pilón, machaca estos ingredientes hasta obtener una pasta homogénea. Este paso es fundamental, ya que la mezcla resultante será la base de la marinada que realzará el sabor del cerdo.
Una vez que tengas la pasta lista, es momento de marinar el cerdo. En un tazón grande, coloca los trozos de cerdo y añade la mezcla de ajo y pimienta. Luego, incorpora la sal, el azúcar, la salsa de soja y la salsa de ostras. Mezcla bien todos los ingredientes, asegurándote de que cada trozo de cerdo esté cubierto uniformemente con la marinada. Es recomendable dejar marinar el cerdo durante al menos 30 minutos, aunque si tienes tiempo, dejarlo en la nevera durante unas horas o incluso toda la noche permitirá que los sabores se intensifiquen aún más.
Mientras el cerdo se marina, puedes preparar tu espacio de cocina para el siguiente paso: la fritura. Asegúrate de tener a mano una sartén grande y aceite vegetal suficiente para freír, ya que esto garantizará que el cerdo se cocine de manera uniforme y quede dorado.
Proceso de fritura del cerdo

Una vez que el cerdo ha marinado el tiempo suficiente, es hora de llevarlo a la sartén. Calienta una cantidad generosa de aceite vegetal en una sartén a fuego medio. La cantidad de aceite dependerá de la profundidad de la sartén, pero asegúrate de que haya suficiente para cubrir el fondo y permitir que el cerdo se fría adecuadamente.
Cuando el aceite esté caliente, comienza a añadir los trozos de cerdo marinado. Es importante no abarrotar la sartén, ya que esto puede hacer que el cerdo se cocine al vapor en lugar de freírse. Si es necesario, fríe el cerdo en tandas. Cocina cada lado durante aproximadamente 4-5 minutos o hasta que estén dorados y crujientes. La clave aquí es mantener un fuego medio para que el cerdo se cocine de manera uniforme sin quemarse.
A medida que el cerdo se fríe, el aroma del ajo y la pimienta comenzará a llenar tu cocina, creando una anticipación deliciosa. Una vez que todos los trozos estén dorados, retíralos de la sartén y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Esto ayudará a mantener el cerdo crujiente y evitará que quede grasoso.
Finalmente, puedes servir el cerdo frito con ajo y pimienta caliente, acompañado de arroz blanco o una ensalada fresca. Este plato no solo es sabroso, sino que también es visualmente atractivo, lo que lo convierte en una excelente opción para compartir en la mesa.
Conclusión

El cerdo frito con ajo y pimienta es una receta que combina simplicidad y sabor en cada bocado. Con ingredientes fáciles de conseguir y un proceso de preparación sencillo, es un platillo que puede ser disfrutado por todos, desde cocineros novatos hasta expertos en la cocina. La marinada, rica en sabores, y la técnica de fritura aseguran que cada trozo de cerdo sea una explosión de sabor.
Te animamos a que pruebes esta receta en tu hogar y sorprendas a tus seres queridos con un platillo delicioso y lleno de carácter. No dudes en experimentar con los ingredientes, ajustando la cantidad de ajo o pimienta según tu preferencia. ¡La cocina es un espacio para la creatividad!
Si te ha gustado esta receta, compártela con tus amigos y familiares, y no olvides dejarnos tus comentarios sobre cómo te quedó el plato. ¡Buen provecho!