La New York cheesecake es un postre icónico que ha conquistado paladares en todo el mundo. Su textura cremosa y su sabor suave la convierten en una opción irresistible para cualquier ocasión. Esta tarta de queso horneada se caracteriza por su base crujiente de galleta y su cobertura de mermelada de fresa y frutos rojos, que añaden un toque fresco y vibrante. Si buscas una receta sencilla y deliciosa, has llegado al lugar indicado. En este artículo, te guiaré paso a paso para que puedas preparar tu propia cheesecake de fresa en casa.
La preparación de esta cheesecake es más fácil de lo que parece. Con unos pocos ingredientes básicos y un poco de paciencia, podrás disfrutar de un postre digno de cualquier restaurante. Además, es una excelente opción para compartir en celebraciones, reuniones familiares o simplemente para darte un capricho. Así que, ¡manos a la obra! Vamos a descubrir cómo hacer esta deliciosa tarta de queso.
Antes de comenzar, es importante mencionar que la clave para un buen cheesecake radica en la calidad de los ingredientes y en el tiempo de horneado. Asegúrate de utilizar queso crema de buena calidad y de seguir cada paso con atención. Ahora, sin más preámbulos, pasemos a los ingredientes necesarios para preparar esta deliciosa cheesecake de fresa.
Ingredientes necesarios para cheesecake de fresa
Para preparar una deliciosa New York cheesecake de fresa, necesitarás reunir los siguientes ingredientes. La lista es bastante sencilla y probablemente ya tengas algunos de ellos en tu cocina.
- Galletas: 200 gramos de galletas tipo Digestive o galletas María.
- Mantequilla: 100 gramos de mantequilla derretida.
- Queso crema: 600 gramos de queso crema a temperatura ambiente.
- Nata: 200 ml de nata para montar.
- Azúcar: 150 gramos de azúcar.
- Huevos: 3 huevos grandes.
- Limón: El jugo y la ralladura de un limón.
- Harina: 2 cucharadas de harina de trigo.
Estos ingredientes son la base de tu cheesecake y cada uno juega un papel fundamental en la textura y el sabor del postre. Las galletas aportan el crujido necesario, mientras que el queso crema y la nata le dan esa cremosidad característica. El azúcar y el limón equilibran los sabores, y la harina ayuda a estabilizar la mezcla durante el horneado.
Una vez que tengas todos los ingredientes listos, estarás preparado para comenzar con la preparación de la base de galleta. Este es un paso crucial, ya que la base es lo que sostiene toda la tarta y le da su estructura. Vamos a ver cómo hacerlo.
Preparación de la base de galleta

La base de galleta es uno de los componentes más sencillos de la New York cheesecake. Para comenzar, debes triturar las galletas en un procesador de alimentos o colocándolas en una bolsa de plástico y aplastándolas con un rodillo. El objetivo es obtener migas finas que se mezclarán con la mantequilla derretida.
Una vez que tengas las galletas trituradas, colócalas en un bol y añade la mantequilla derretida. Mezcla bien hasta que todas las migas estén impregnadas de mantequilla. La mezcla debe tener una textura similar a la arena húmeda, lo que permitirá que se compacte al hornearse. Si deseas, puedes añadir un poco de azúcar a esta mezcla para darle un toque extra de dulzura.
A continuación, vierte la mezcla de galleta en un molde desmontable de aproximadamente 23 cm de diámetro. Presiona firmemente la mezcla en el fondo del molde, asegurándote de que esté bien compacta y uniforme. Esto ayudará a que la base no se desmorone al desmoldar la cheesecake. Una vez que la base esté lista, colócala en el horno precalentado a 180°C durante unos 10 minutos. Esto permitirá que la base se endurezca un poco antes de añadir la mezcla de queso.
Después de hornear la base, retírala del horno y déjala enfriar mientras preparas la mezcla de cheesecake. Este es un buen momento para preparar los ingredientes restantes y asegurarte de que todo esté listo para el siguiente paso. La mezcla de queso es donde la magia realmente sucede, así que asegúrate de seguir los pasos con atención.
Mezcla y horneado del cheesecake
Ahora que tienes la base de galleta lista y enfriada, es hora de preparar la mezcla de queso crema. En un bol grande, coloca el queso crema a temperatura ambiente y bátelo con una batidora eléctrica a velocidad media hasta que esté suave y cremoso. Esto es fundamental para evitar grumos en tu cheesecake. Asegúrate de raspar los lados del bol para que todo el queso crema se mezcle uniformemente.
Una vez que el queso crema esté bien batido, añade la nata y el azúcar. Continúa batiendo hasta que la mezcla esté completamente integrada. Luego, agrega los huevos, uno a uno, asegurándote de mezclar bien después de cada adición. Esto ayudará a que la mezcla se emulsione correctamente. Por último, añade el jugo y la ralladura de limón, así como la harina. Mezcla todo hasta obtener una mezcla homogénea y suave.
Cuando la mezcla esté lista, viértela sobre la base de galleta que preparaste anteriormente. Asegúrate de alisar la superficie con una espátula para que quede uniforme. Luego, coloca el molde en el horno precalentado a 160°C y hornea durante aproximadamente 50-60 minutos. Es importante que el cheesecake no se hornee en exceso; debe estar ligeramente tembloroso en el centro cuando lo saques del horno, ya que se firmará al enfriarse.
Una vez que el cheesecake esté horneado, apaga el horno y deja la puerta entreabierta durante una hora. Esto ayudará a que el cheesecake se enfríe lentamente y evitará que se agriete. Después de una hora, retira el cheesecake del horno y déjalo enfriar a temperatura ambiente antes de refrigerarlo durante al menos 4 horas, o preferiblemente toda la noche. Esto permitirá que los sabores se asienten y que la textura sea perfecta.
Conclusión
¡Y ahí lo tienes! Has preparado una deliciosa New York cheesecake de fresa que seguramente impresionará a tus amigos y familiares. Este postre no solo es fácil de hacer, sino que también es un deleite para los sentidos. La combinación de la base crujiente de galleta, la cremosa mezcla de queso y la fresca cobertura de mermelada de fresa y frutos rojos hacen de esta cheesecake una opción perfecta para cualquier ocasión.
Antes de servir, puedes decorar tu cheesecake con una generosa capa de mermelada de fresa y algunos frutos rojos frescos. Esto no solo realzará su presentación, sino que también añadirá un toque extra de sabor. Recuerda que la presentación es clave, así que no dudes en ser creativo con la decoración.
Te animo a que pruebes esta receta en casa y la compartas con tus seres queridos. No hay nada como disfrutar de un postre casero, y esta cheesecake de fresa es una excelente manera de hacerlo. Si te ha gustado esta receta, ¡déjanos un comentario y cuéntanos cómo te fue! También puedes compartir tus propias variaciones o trucos para hacer la cheesecake aún más especial. ¡Buen provecho!